Un espacio propicio para crear y desarrollar nuestra creatividad es la cocina, elaborar platillos nos da momentos para vivir nuestra cultura, nuestras tradiciones y desarrollar un sin fin de habilidades a través de la convivencia con nuestros seres queridos.
¿Por qué invitar a los niños a participar en un espacio como este? Al involucrar a los niños en las actividades del hogar se les permite ser parte de las experiencias de aprendizajes significativos del día a día, propios de la dinámica familiar. Participar en este ejercicio ocupacional les permite que mediante las tareas básicas, desde: escribir recetas y manipular los ingredientes, desarrollen habilidades de lectoescritura y aumente su capacidad lógica – matemática al contar, sumar, restar, dividir, medir, pesar, comparar y clasificar.
Al ser parte del proceso, el niño identifica patrones, figuras geométricas, colores, medición de temperaturas, estados de la materia y procesos de transformación. Por otro lado, pasar tiempo en la cocina y preparar nuevas recetas anima a los niños a tener una conexión positiva con todo tipo de alimentos, en especial con los saludables que son parte indispensable para una buena alimentación.
Los niños aprenden sobre hábitos de higiene como:
Además, junto a los niños se practican medidas de seguridad necesarias para el uso de ciertos utensilios e identificar en que casos necesita la ayuda de un adulto para manejarlos y evitar accidentes.
En este tipo de actividades se estimula la convivencia y se pone en práctica la solución de conflictos y formación de valores al dialogar, expresar sus ideas, tomar turnos, ser responsables, respetar a los demás y conocer más a sus compañeros. En la cocina los niños viven un sin fin de experiencias y aprendizajes duraderos mientras se divierten.
Dentro de la filosofía pedagógica de Reggio Emilia, la cocina se considera un lugar muy valioso con un enorme significado simbólico, dentro de la escuela y alrededor de ella se han construido los centros de infancia. Es un espacio donde se crean encuentros, se cuida al otro, se comparten ideas y se viven valores.
Lugar de investigación y comunicación donde los lenguajes se relacionan a través de su color, sabor y perfume.
Es recomendable reflexionar sobre esta rutina del día a día, ser activos y propositivos en relación a las actividades del hogar en las que involucramos a los niños, actividades que son parte de nuestra cultura y nos ayudan a mantener nuestras tradiciones y fomentan la unión familiar.
Según Maddalena Tedeshi, pedagoga de la Scuala e Nidi d’infanzia de Reggio Emilia: Las cocinas afirman cotidianamente la posibilidad de crear culturas compartidas, espacios de negociación, una oportunidad para crear valores sociales y significados psicológicos de la alimentación. La cocina es un lugar especial en donde la comida se transforma en alimento para el cuerpo, pero también de la mente, de los ojos, de la nariz y de las emociones.
En Vía Reggio contamos con nuestro Atelier de cocina, un espacio armónicamente diseñado para los niños, para aprender de manera vivencial a construir pensamientos, permite la búsqueda de significados y se encuentran nuevos conocimientos.
Fernanda Escobosa y Liliana Díaz
Directoras de Centro Educativo Vía Reggio