Iniciamos el ciclo escolar 2024-2025 y con gran emoción les damos la bienvenida a las nuevas familias y personal que se unen a la comunidad Reggiana.
Hoy quiero compartirles la increíble experiencia que vivimos durante el mes de agosto en la más grande competencia de Robótica en el mundo, donde 12 de nuestros estudiantes participaron, representando a Vía Reggio y a Sinaloa en Beijing, China. Pero más que hablarles de los resultados obtenidos, quiero compartirles lo que viví durante los más de quince días que pasamos juntos y cómo refleja nuestra esencia reggiana.
En Vía Reggio, siempre decimos que cada niño, niña y adolescente es único e irrepetible, y nuestras diferencias son algo que valoramos. ¿Cómo podemos sentirnos especiales y valiosos? Solo en un ambiente que respete y fomente los diferentes intereses y habilidades de cada uno.
Durante el viaje y los entrenamientos, nuestros estudiantes se mostraron concentrados y tranquilos. Me impresionó ver cómo se interesaron por relacionarse con niños y niñas de distintas culturas y lenguas—mexicanos, rusos, vietnamitas, chinos. A pesar de las diferencias en edad y personalidad, todos estaban allí, compartiendo, abiertos y amistosos.
Durante la competencia, su capacidad para adaptarse y su resiliencia fue admirable. Recibieron instrucciones en chino y se enfrentaron a un estilo de competencia muy diferente al que estamos acostumbrados, con reglas a veces complicadas y abrumadoras. Pero no se rindieron. Nuestros chicos y chicas mostraron confianza, flexibilidad y, sobre todo, una gran fortaleza para competir en situaciones inusuales.
Al final, se dieron a conocer los resultados y nos sentimos muy orgullosos de los reconocimientos que recibió nuestro equipo, Excelencia en diseño y Programador Elite para un alumno de secundaria. Sin embargo, al regresar a México, hemos tenidos que esperar un poco más para conocer los puntajes finales, ya que el gobierno de China se toma su tiempo en revisarlos. En lugar de desesperarse por saber en qué lugar quedaron, nuestros estudiantes se concentraron en su propio proceso: ¿Qué logré? ¿Qué puedo mejorar? ¿Qué ventajas tuve? ¿Qué dificultades enfrenté y cómo las superé? En conclusión, hemos aprendido que lo más importante es haber dado lo mejor de nosotros en la competencia.
Aunque mi enfoque ha sido hablarles de nuestros niños y niñas, no quiero pasar por alto que estos valores reggianos también se manifestaron en la práctica diaria de los familiares y maestros que nos acompañaron. Les expreso mi más sincero agradecimiento y admiración a todos ellos.
Así fue nuestro viaje a China: una gran oportunidad para poner en práctica la filosofía y los valores que se practican diariamente en Vía Reggio, así como la Imagen del niño. ¡Iniciamos el nuevo ciclo escolar con la frente en alto!
Fernanda Escobosa
Directora General